miércoles, 10 de octubre de 2007

Don Crispín

Don Crispín era una persona buena, buena con sus amistades, sus compadres de Río Arriba y también con sus compadres que se fueron pa´l otro lado, les cuidaba sus tierritas abandonadas y hasta se hizo cargo de cobrar unos centavos que les habían quedado a deber en la tienda del pueblo.

Don Crispín era, a fin de cuentas, una persona buena, al menos eso decían sus dos mujeres y sus ocho hijos a los que difícilmente podía mantener y alimentar, nunca abusaba del alcohol y de vez en cuando sólo se fumaba uno o dos cigarrillos cada viernes por la tarde.

Acostumbraba acudir al billar de Nicanor el hijo menor de Agustín Morales y de Macrina Juárez su ex compañera de banca en el catecismo, y que murió en la última crecida del río, siempre que veía a Nicanor le parecía ver el brillo de los ojos de Macrina, ojos que se apagaron con el agua rebotada y color café del río escondido, el mismo río que se la llevó y no la devolvió sino hasta cuatro días después en que la encontraron atorada en un árbol de la ranchería de Atlautla que quedaba casi a dos días de camino a lomo de mula.

Tal vez ésa era la intención de acudir al billar, de alguna manera se sentía comprometido con Nicanor, al que sin decírselo, lo veía como a un hijo, ya que su verdadero padre, a raíz de la muerte de Macrina, lo había abandonado a su suerte en ese pueblo en el que a duras penas se sostenían de pie las mazorcas, en donde la única manera de olvidar la pobreza era embriagándose o peleando a machetazo limpio por casi cualquier motivo.

Crispín era resumidamente un hombre bueno, le gustaba saludar a los niños cuando pasaban por detrás de su corral, camino de la escuela, la misma escuela que él ayudo con su manos a construir y que después de tanto tiempo aún no tenía puertas ni baños, sólo una letrina cavada junto al árbol quemado, y un retrato de un héroe que alguien trajo un día de la capital.

Siempre que veía a los niños alejarse, le gustaba pensar que habría sido de su vida si él hubiese podido tener la oportunidad de aprender a leer y escribir, se imaginaba viviendo en otra parte, manejando un cochezote, bien bañado y con las manos sin callos, se imaginaba también comprándole una casa a sus dos mujeres, una a cada quien por supuesto, en donde cupieran sus ocho hijos y su perro Coronel, faltaba más.

Coronel era un perrito criollo de color miel, que siempre se encargaba de ladrarle cuando veía que su amo se quedaba pensativo, recargado en la tranca del corral, él siempre le recordaba que debía seguir con su trajín diario, alimentar a los puercos que ya pronto estarían a punto de venta, ir por rastrojo para las dos vacas y traer del monte dos atados de leña para alimentar el fogoncito en el cual cocinaban los frijoles que Crispín mismo cosechaba.

A Crispín no se le conocía enemigo alguno, nunca nadie se quejó de él, ni tampoco se supo de que hubiera tenido problemas con alguien por absolutamente nada, vamos ni siquiera con el ex marido de su segunda mujer, la cual un buen día le abrió las puertas de su casa y su corazón, al mismo tiempo que echaba de su vida al marido borracho e irresponsable, mismo que simple y llanamente nunca regresó ni siquiera por la mulita flaca que le ayudaba a cargar leña para vender en el pueblo y en la cual se le podía ver venir por la tarde, echado en sus lomos perdido de alcohol.

Crispín era un hombre bueno y eso todos en la ranchería lo sabían, desgraciadamente nunca pudieron decírselo a los militares que aquella tarde se lo llevaron quesque porque era el enlace con los del Ejército Popular, ¡pero que va a ser, si ni siquiera tenía una escopeta en su casa, mucho menos para comprarla!

Junto con él se llevaron a otros cuatro muchachos más por el simple delito de usar botas mineras, como las que usa la guerrilla y como los vieron jóvenes, pues nomás por eso el teniente que venía al mando dio la orden de subirlos a los camiones. Se los llevaron amarrados, con las manos atrás y tirados en piso del camión, le gente pudo ver cómo les apuntaban los militares con sus rifles en la cabeza mientras otros ponían sus botas sobre de ellos, para no dejarlos mover.

Los amarraron con unas tiras de plástico bien apretadas, tan apretadas que las manos luego luego se les pusieron moradas, el teniente aquel dijo que se los llevarían para interrogarlos y que si no debían nada, en unos días más estarían de regreso.

De esto que te cuento han pasado ya casi seis meses y nadie ha podido investigar a donde se los llevaron, nadie sabe dar razón, dicen en el cuartel militar que no tienen a nadie detenido con esas señas, en la jefatura de policía se hacen los desentendidos, dicen que en cosas del ejército ellos no se meten, el alcalde ha prometido investigar que pasó, pero han pasado casi seis meses y no atiende a nadie, ni dice donde están.

El Lunes pasado alguien corrió la noticia de que habían vuelto a ver a Crispín y todos en la ranchería corrimos para tratar de saber más, nos fuimos juntos al río y allí efectivamente estaba Crispín, tenía los dientes rotos y aún llevaba las tiras de plástico en las manos, su chamarra estaba rota y manchada de sangre seca, al menos eso fue lo que pudimos ver los pocos que aguantamos el olor a carne descompuesta que despedía su cuerpo, efectivamente ahí estaba Crispín el hombre más bueno que pude conocer en aquel pueblo del que hoy, junto con Nicanor y otros muchachos como yo, nos vamos, llevamos algo de comida: tortillas, carne seca, un poco de ron, chile y otras cosas más que nos ayudarán a llegar hasta donde se encuentran los del Ejército Popular.


A la memoria de Ernesto Guevara de la Serna
a 40 años de su muerte

martes, 28 de agosto de 2007

Marte,el planeta rojo.


Hace unos días recibí un correo de alguien que conozco en el cual se decía:
"Marte , el planeta rojo estará muy cerca de la tierra el próximo 27 de Agosto alrededor de las 12:37 de la noche, tan cerca como nunca nadie podrá verlo jamás"


Pues resulta que exactamente a las 12 de la noche me preparé a observar tan singular acontecimiento, me puse la chamarra, los guantes, la bufanda y saqué de su caja mi telescopio portátil.


Debidamente preparado y equipado para ser testigo de como se acercaría el planeta rojo a la tierra, decidido, subí a la azotea acompañado de los gatos del vecino que siempre, inevitablemente, buscan sorprenderme untandome los bigotes en los pies, a pesar de que saben bien que me disgusta que me llenen de pelos los pantalones!


No pude evitar mirar los ojos de la gata gris que recién acaba de parir a un par de gatitos (obvio, no?) atigrados y de ojos verdes como su madre, que se me quedó observando como si tratara de leer mis pensamientos: ¿y a éste que mosca le picó? ¿de que se disfrazó? ¿acaso nos piensa quitar nuestro trabajo?


¡Eso no es justo! ¿a nosotros que tenemos tantos años de patrullar las azoteas y vigilar que las cosas marchen en el extricto orden en que lo dispuso el universo? ¿a nosotros que siempre andamos ahuyentando a los fantasmas para que ellos puedan dormir sin sobresaltos? ¡No es justo, no es justo!


Deberíamos acorralarlo y obligarlo a saltar hasta la otra azotea-sugirió el menor-, a ver si es cierto que puede hacer nuestro trabajo, a ver si puede caer de pie como nosotros...


Mira que venir a nuestros dominios sin siquiera haberse untado los bigotes antes con saliva,¡que descaro! mira que venir a retarnos en nuestra propia casa ¿acaso estará loco? ¿podrá ver a través de la gente como nosotros? ¿sentirá en el lomo, como nosotros, el polvo que desprenden las brujas al volar?


En ese trance estaba cuando me percaté de que entre los gatos y yo, había surgido una nueva manera de comunicarnos, de entendernos y ¡por supuesto que no quiero su trabajo! les dije (o más bien lo pensé, aunque estoy seguro de que lo pudieron leer en mi frente), me dispuse a bajar de la azotea un poco entumecido por el frío de la madrugada, no sin antes permitirles untarme los pies con los bigotes, ya que esta es la manera en que te aceptan o te dan la bienvenida a ese selecto grupo de iniciados en las artes gatunas y además sirve para que tus pasos siempre te lleven con bien a donde vayas(cuando vayas de viaje deja que los gatos se enreden en tus pies, esto asegura el regreso con bien y evita que te pierdas).


Son casi las tres de la mañana y regreso a mi cama seguro de que ahí, en las alturas, habrá toda una red de maullidos -detectores de fantasmas que velaran mi sueño.


Ah, por cierto, nunca pude ver a Marte, pero ahora sé que sólo fué un buen pretexto que tal vez, ellos inventaron.

miércoles, 8 de agosto de 2007

VEN


VEN, SENTÉMONOS JUNTOS
EN AQUEL RINCÓN
VAMOS A BEBERNOS ÉSTA BOTELLA
DE ASOMBROS....


RECUERDAS?

NOS CONOCIMOS EN UNA DE ÉSAS
FIESTAS DE FIN DE AÑO
A LAS CUALES YO IBA
DIVERTIDO PARA VER COMO
CON SÓLO TRES COPAS
PERDÍAN EL PUDOR Y LA VERGÜENZA
LOS TRAJEADOS DE AQUEL BANCO
DONDE LABORABAMOS...


RECUERDAS?

ME ESTABAS ESPERANDO AHÍ SENTADA
(AL MENOS ESO PENSÉ) Y LA
MITAD DE TU ROSTRO YA ERA MÍO
CUANDO TE INVITÉ A BAILAR,
NO HIZO FALTA MÁS!

NO HUBO PREGUNTAS NI PASADOS
NO HACÍA FALTA,
ESO EN REALIDAD ERA TODO,
ESTABAS PARADA FRENTE A MÍ
Y A TU ESPALDA
TERMINABA EL MUNDO!

NOS CONOCEMOS COMO NADIE
LOS DOS, LO SABEMOS,
MORIMOS EN UN TIEMPO
EL UNO POR EL OTRO
-EL UNO A MANOS DEL OTRO-

SUPIMOS AMARRAR
NUESTROS SUSPIROS
Y NUNCA SE ESCAPÓ NINGUNO
QUE NO FUERA
POR TI O POR MÍ

COSIMOS NUESTROS LABIOS
Y JAMÁS NUESTRA BOCA
PRONUNCIÓ OTRO NOMBRE
QUE NO FUERA EL NUESTRO.

NOS CONOCEMOS COMO NADIE
SABEMOS COSAS INNOMBRABLES
EL UNO DEL OTRO.


APRENDIMOS POR EJEMPLO:
YO, A AMAR TU RISA Y
TU MI MIRADA TRISTE.

NOS CONOCEMOS COMO NADIE
ES MÁS, MEJOR QUE NADIE!
LOS DOS, LO SABEMOS
SEGUIREMOS CULTIVANDO
EL MISMO SUEÑO,
LA MISMA GRATA COSTUMBRE
DE QUERERNOS..

jueves, 19 de julio de 2007

Lejos...lejos


Comencé a escribir de tí

sin ser tú alguien en particular,

te acomodé a mis sueños

lo mejor que pude

y supe de tu boca

-que es la mía-

!que nuestros labios

jamás se rozarían!



Comencé a escribir de tí

desde el momento en que dejaste

nuestra vida imaginaria,

a veces, releo un poco de tus cartas

-que son mías-

las letras que hablan

de tí más que de mí...


A veces,

te imagino lejos....lejos

siendo la musa de otro

que, como yo,

algún día también

extrañará tu cuerpo

de aire,

tus ojos de sueño!

miércoles, 18 de julio de 2007

LA BRUJA


LA OTRA NOCHE
UNA BRUJA SE METIÓ
EN MI SUEÑO
Y PUDE VER SUS OJOS
COMO BRASAS ARDIENDO…

PUDE VERLA VOLAR
POR LAS CUATRO ESQUINAS
DE LA NOCHE
LA VI SALTAR DE RAMA
EN RAMA, HASTA
LO MÁS ALTO…

PUDE VER LA HOGUERA
DE SUS RITOS,
ESCUCHE SU CANTO
ATORMENTADO

Y ME DEJÉ LLEVAR EL ALMA
HASTA DONDE NACE EL RÍO
HASTA DONDE EL JAGUAR REINA
Y LA SELVA TE DEVORA

HASTA DONDE EL HOMBRE
PIERDE LA RAZON
POR UN TROZO DE AMOR…

Debimos darnos tiempo....



DEBIMOS DARNOS TIEMPO
NO UN DIA, NO UNA HORA
SINO SOLO TIEMPO…

DICEN QUE EL TIEMPO
TODO LO CURA,
QUE CURA LOS PIES CANSADOS,
EL DOLOR DE VIENTRE,
EL RETRASO MENSTRUAL,
CURA TAMBIEN LA AUSENCIA,
LA CRUDA DE AYER
Y NOS CURA EN ALGUN MOMENTO,
HASTA DE NOSOTROS MISMOS…

DEBIMOS DARNOS TIEMPO
Y LLEVARNOSLO,

AUNQUE SE DERRAMARA
UN POCO SOBRE EL PASTO,
CON LAS MANOS JUNTAS Y
APRETANDO LOS DEDOS,
DEBIMOS BEBERNOSLO
CON LA SED DE NAUFRAGIOS

ANTERIORES..

DEBIMOS TOMARNOSLO
DESPACIO, A SORBITOS
Y CON CUIDADO,
PORQUE DICEN LOS AUSENTES

QUE LA PRIMER
HORA SIEMPRE “RASPA”
Y LAS OTRAS YA NO TANTO...

YO PUDE, POR EJEMPLO,
REGALARTE EN UNA CAJA DE ZAPATOS
LAS HORAS QUE ME QUEDABAN…

PUDIMOS DARNOS TIEMPO-INSISTO-
NO MUCHO, NI POCO,
SÓLO LO QUE DEMORA UN COLIBRÍ
EN VOLVERSE POLVO PARA EL AMOR!


DEBIMOS DARNOS TIEMPO
NO MUCHO, NO POCO,
SOLO LO QUE TARDA UNA MIRADA
EN REFLEJARSE EN OTRA…

miércoles, 11 de julio de 2007

Suposiciones


Supongo (que pinche manera de perder el tiempo)

supongo que a veces te das un tiempo

para añorar ayeres

y supones -siempre supones-

lo que "hubiera sido si..."



"El hubiera es la conjugación

perfecta del verbo pendejo"

dice sabiamente el libro aquel,

y yo supuse que tú

lo habías leído alguna vez!

martes, 10 de julio de 2007

La Celda

Ebrio de tí,
casi inconciente,
golpeo la puerta
de tu indiferencia...
Con un trozo de tu aroma
hago un nudo en la memoria
que impida que te salgas...
Como deseo
plantarte un beso
que germine en una
enredadera de placer...
Leer tu cuerpo
con manos de ciego
deshilar el tejido
de tu piel de seda...
Azotar mis ansias
de loco encadenado,
a la mullida celda
de tus pechos!

No sabes...

Enciendes la vela
y alumbras
tu rostro marcado
de tiempo...

De nuevo éste cuarto
vacío
que inundas con fotos
de muertos!

Reclama tu risa
insolente,
no tienes valor para
irte,
no sabes jalar
el gatillo,
ni crees en tu
pálida suerte!

Tejiendo tapetes
de canas
escuchas un gospel
sin prisa
descubres tu rostro
olvidado
ausente de amor
y caricias!

Los inmortales (A Don Vicente, mi padre)

Nos preparabas para tu partida
para ser hombres sin tu presencia
para saber sobrellevar la vida
a pesar de tu ausencia!

Aún recuerdo como nos llenaba
de miedo escuchar de tus labios
tu multicitada muerte!

Y así sucesivamente,
una vez tras otra
cada dolor intenso o leve
cada resfriado, cada acceso
de tos, cada vez, una vez y otra vez
y así durante décadas
décadas que se hicieron siglos
en mi mente y kilos en
mi cuerpo!

Terminaste por convencernos a todos
por aclararnos a todos, que hombres
como tú, son de una casta divina
creada por los Dioses en el
principio del tiempo para
hacernos entender nuestra fugacidad!

1968...Salú!

Hay recuerdos con los que uno nomás no se acostumbra a vivir, le cuento esto a usté, por la simple y llana razón de que no lo conozco ni usté a mí, así que estamos parejos no?

Le contaba mi señor que llevamos en la cabeza recuerdos de todo tipo, los que nos hacen reír, los que nos hacen llorar y los que por alguna razón se nos han escondido por ahí en un cajoncito polvoso que a veces nos negamos a abrir. Yo en lo particular guardo uno que aún hoy, no he podido clasificar ni sé en que cajón meterlo y le voy a decir porqué, pero antes de que continúe ¿que le parece que le sirvan otro tequilita? ¿que sea doble? pero eso sí, nomás no se me adelante pá' que nos sigamos entendiendo, vale?...Salú!

Imagínese por un momento a un niño, un niño normal como lo es uno de seis años, hijo de una familia modesta, que vive en una casita modesta, en fin; un niño como tantos otros que hay en la ciudad, ¿ya se lo imaginó? Pues bien, éste niño duerme junto a su hermano, seis años mayor que él en la misma cama, estamos en Octubre de 1968 y por todas partes se escuchan noticias raras e incomprensibles para un niño de esa edad: que si los estudiantes, que si las Olimpiadas, que si el Ejército, que si el Presidente, que si los asesinos, que qué sé yo! Le decía: es una noche como cualquiera otra de no ser por los ruidos que se escuchan en el patio de ésta casita modesta.

El escándalo es tal que despierta a los niños, la madre de ellos con un embarazo bastante avanzado, traspone la cortina que sirve de división al comedor y abraza a sus hijos, -No salgan, quédense quietos, les ordena- , afuera se escuchan carreras, gritos, golpes y después un ruido fuerte, sordo, como los cuetes que le echan al Niñopa y luego....nada, silencio absoluto!

Por un costado de la cortina, temerosos y curiosos, los niños espían, pueden ver a su madre con cara de susto y al padre de ésa familia temblando de coraje, mientras el hermano mayor entra con los puños ensangrentados, los tres hablan en voz baja, muy quedito para que los niños no escuchen nada de lo que pasó.

Al poco tiempo los niños vuelven a dormir, hasta que un rato después se vuelven a escuchar ruidos, pero ésta vez en la puerta de la casa, golpes de puño que pretenden tirar la puerta, se oyen voces en la sala, el hijo menor se asoma nuevamente y ve a varios hombres vestidos de gabardina y sombrero, uno de ellos inclusive coloca una ametralladora negra y grande sobre la mesa del comedor, otro, con la punta de su pistola, abre la cortina y sorprende a los niños arrinconados en su cama, espantados y casi a punto de llorar, el tipo aquel la cierra ignorándolos.

Al volverse a asomar, los niños pueden ver que su padre ya no está, se lo han llevado y junto con él la seguridad y estabilidad de la familia completa!

Ahora le pregunto yo a usté mi amigo: ¿Cómo va un niño de seis años a imaginarse siquiera lo que había pasado?, ¿no verdad?, no es fácil...Salú!

Pasado el tiempo, éste niño comenzó a acompañar a su madre , iban a "la visita", llevaban comida en una bolsa grande, de ésas del mandado, ése fué su primer contacto con una prisión, y habría que ver la cara de espanto de éste niño al mirar como revisaban a su madre, cómo revisaban la comida, a él mismo e incluso a la recién nacida que iba envuelta en un rebozo, desde luego que no fué fácil para el niño, como tampoco es fácil, aún hoy, pasar frente al quicio de la puerta en donde se fué a morir uno de los "enamorados" que aquella noche se atrevió a llevarle serenata a mi hermana mayor, aún a pesar de saber que ya estaba casada!

Pobre tipejo, jamás se imaginó que los besos que buscaba, mi padre habría de dárselos envueltos en plomo, y ahora yo le pregunto a usté: ¿en donde guardaría un recuerdo así? Yo sigo conservando en un cajón, el recorte amarillento del periódico que habla de lo acontecido aquella noche, pero bueno ¿que le va a importar a usté, que ya está más dormido que una piedra? ¿Lo vé? le dije que no se me adelantara tanto, ni hablar mi amigo.....Salú!

jueves, 21 de junio de 2007

Dios me guarde ..

Dios me guarde de tí,
de tu presencia
de pronunciar una vez más
tu nombre
entre mis sueños...
De confesar que te amo
más que siempre..
Dios me guarde de besar
tu boca; labios en tropel
riáda dulce de tus néctares..
Mi corazón, humilde relicario
en donde caben tuos ojos y un orgasmo!
Dios me guarde de encontrar
tu carne desnuda
entre mis dedos fríos..
Dios me guarde de tí,
de tu mirada triunfal y lujuriosa
de tus pezones firmes
de tu monte, de tu Venus...
Del laberinto en que conviertes
tus medias y mi miedo!
(Mi Fauno se rebela)

Casi Todo...

Todas tus cosas están intactas
nadie se ha atrevido a moverlas
ni siquiera un ápice...
El reloj detenido,
los muñecos de porcelana
en su sitio, guardando
un orden preestablecido
bajo un criterio intimamente tuyo...
Los peces no han muerto
ni esperamos que lo hagan
en los próximos noventa y nueve años!
Las macetas en el patio
escurren de llanto aún y todo
en realidad está casi casi igual
puedo asegurarlo..
Todo a excepción de
un detalle que no puedo pasar
por alto:
Hoy precisamente cumplimos todos
un año y nueve meses
de extrañarte, hoy tus nietos
son 374 días más grandes
y sus padres más viejos...
Me falta tu voz al teléfono
felicitandóme en mi cumpleaños
y a tus hijos les falta una mano en donde
depositar su respeto...
Por todo lo demás, puedes estar tranquila
no te preocupes que casi todo sigue igual!
30-ago-2005
In Memoriam Lucía Monroy (a un año nueve meses de haber iniciado su nuevo recorrido)

viernes, 15 de junio de 2007

Mi patria erés tú... ( a Chelita con todo mi amor)

Tus labios saben a café
y a melón dulce,
llevas en los ojos toda
mi ciudad vestida de noche...
Hueles a tierra mojada,
a ponche en Navidad,
tu pelo resbala suave como
nieve en el Ajusco...
como el agua dulce de Contreras...
Tienes la piel tersa
como maizal tierno
y una Nochebuena
entre las piernas..
Y yo, mientras, no puedo
dejar de añorarte
de mirarte con ojos de emigrado
de melancólico Chilango
en el exilio, con
unas terribles ganas de volver a tí!
Mi patria erés tú
con todo tu sabor de algodón de dulce..
Añoro el llamado a misa tempranero
de tus pechos-campanario
en donde gustoso renuevo mi fé...
Soy, lo confieso un enamorado
de tus noches
de tu piel-campo
sembrado con mis besos!!

DOÑA AURORA Y JUSTO

Esa mañana, la noticia corrió como reguero de pólvora, rompiendo la monotonía de aquella colonia de clase media-acomodada y el escándalo no era para menos: Doña Aurora, la conserje del edificio “Arlequín” yacía tirada en la sala de la conserjería, en medio de un gran charco de sangre, tenía los ojos abiertos como mirando un crucifijo que colgaba de la pared pintada de azul, tenía también un viejo revólver calibre .38 sujeto con masking-tape a su mano derecha, tenía también la mano izquierda rozando apenas, como en una última y desesperada súplica de perdón, la silla de ruedas en la que yacía sin vida el cuerpo de su hijo Justo.

Por lo demás, no había nadie más en la conserjería, nadie podría declarar nada, ni ayudar a entender los porqués que orillan a una mujer anciana, que cuida fervorosa de un hijo amputado de ambas piernas, a comprar un revólver con apenas tres balas y se decide primero a dispararle en la boca a su único hijo, su razón de ser, su orgullo, para luego dispararse ella misma en la sien.

Los peritos forenses no tardaron mucho en dar sus conclusiones: “Esquizofrenia Senil” declararon aunque, en realidad, nunca existió el menor interés de parte de las autoridades por llegar al fondo mismo del asunto, vamos pues, de encontrar la verdad y la verdad a veces no es la que uno cree conocer.


Si tan solo hubieran revisado al fondo de una caja de cartón que estaba dentro del clóset de Doña Aurora, habrían encontrado las fotografías de su hijo Justo en los tiempos en que destacaba en el equipo de básquetbol de la secundaria, de la preparatoria y de la universidad; fotos todas que fueron perdiendo color a fuerza del llanto que Doña Aurora derramó en interminables noches de lágrimas sobre ellas.

Si tan sólo hubieran revisado un poco más habrían encontrado también la carta firmada por la Federación Nacional en donde le comunicaban a su hijo Justo que había sido aceptado en la Selección Nacional de Básquetbol. También podrían haber hallado los recortes de periódicos amarillentos, algunos con las fotos del accidente, las notas en primera plana, encabezados como: Trágico accidente; Lo embiste un autobús; El conductor grave; Perdió ambas piernas; Imprudencia y alcohol y otros tantos más…


Objetos todos que tal vez –sólo tal vez- pudieran demostrar a los vecinos que, a lo largo de tres años habían terminado por acostumbrarse a Doña Aurora, a su hijo Justo y a su vieja silla de ruedas, que en realidad no estaba loca, ni esquizofrénica ni nada por el estilo, sólo estaba, por decir algo, un poco seca de tanto llorar, de tanto enjugar las lágrimas que en silencio derramaba de vez en vez su hijo Justo; de recoger cada noche, al mirar las fotos, los miles de pedazos en que se rompió el destino de ambos.

No, Doña Aurora no estaba loca, sólo estaba un poco rota por dentro, tan rota como las botellas de cerveza que aquella tarde su hijo bebió con sus amigos para festejar, antes de decidirse a manejar hasta su casa para comunicarle su alegría a su madre.

Doña Aurora no estaba loca, sólo estaba un poco cansada, cansada del rechinar de las ruedas de ésa maldita silla, que en nada se parecía al ruido que hacían los pasos de su hijo al volver de la preparatoria, cansada del silencio en que quedó sumido desde hacía un millón de horas, cansada del edificio “Arlequín” con sus estúpidas escaleras, cansada de dar lástima a los vecinos, de que alguien siempre se ofreciera a ayudarla con la silla de ruedas, de sentirse inútil, cansada incluso de Dios, su Dios que nunca le mandó el consuelo a pesar de haberle rezado casi quinientos rosarios seguidos.

Lo demás ya lo sabemos: Colocó a su hijo Justo frente a sus trofeos, puso sus tenis sobre los muñones de las piernas, le puso el balón de básquetbol entre las manos, lentamente y con una voz dulce y casi en susurros, comenzó a cantar una vieja canción de cuna para arrullarlo, mientras Justo –obediente como siempre- lentamente abrió la boca…

jueves, 14 de junio de 2007

EL OÍDO




No mi amigo; si para andar en esto hay que tener los nervios bien templados y, sobre todo, las orejas “bien pelonas”!!

Estar siempre atento, quería decir Don Jesús, ó Jesús Ramírez E. –nunca se supo bien a bien que carajos quería decir la “E” con la que siempre firmaba los recibos de nómina que le extendía el banco aquél. Y sí, así firmaba, con su nombre, como lo hace mucha de nuestra gente sencilla, aquella que por las apretujanzas de la vida apenas aprende a medio escribir su nombre o a hacer algunas cuentas sencillas.

Don Jesús, a sus ochenta y tres años a cuestas era un hombre de muy pocas pulgas, a la menor sospecha de que alguien se quería hacer el gracioso, ya estaba mentando madres a diestra y siniestra ¡pues que chingaos! Nadie se iba a burlar de él, pensaba.

Cuentan los que de alguna forma tuvieron más cercanía con él que un lejano día de abril, de hace muchos, muchos años –tantos que ni él recordaba cuantos- se vino de su natal Celaya buscando, como muchos paisanos suyos trabajar “de lo que sea” hasta en tanto no se compusiera, aunque fuera algo, la situación del campo. Sus tierras, heredadas de su padre que a su vez las heredó también de su padre, ya no daban para más y él simple y sencillamente se cansó de esperar los apoyos que siempre en época de elecciones venían a ofrecer los candidatos a la presidencia y que invariablemente nunca cumplían, como tampoco cumplían los gobernadores del estado, vaya! Ni siquiera los presidentes municipales y no puede decirse que no los solicitó en varias ocasiones-que vete a ver al comisario ejidal, que las juntas, que la comida pa’l Licenciado que no se que tantas cosas, pero nada! Parecía que Dios se había olvidado que también de éste lado del mundo se come. A veces pensaba ¿no sería que Filemón, ahora presidente municipal y que para mala suerte también era su compadre, seguiría resentido por la bola de chingadazos que le sorrajó el día en que lanzó su candidatura y que nomás por estar alegre se puso hasta las manitas con puro pulque que algún acomedido- de esos lambiscones que nunca faltan- trajo desde Apan? Pero ni modo de dejarse ningunear delante de todos ¿pues que carajos se creyó el baboso de Filemón? Nomás porque se metió al Partido ya quería venir a sermonear a todos, como si los paisanos fueran chamacos ó una bola de indios ignorantes, como malamente se le ocurrió decir aquella tarde precisamente frente a Don Jesús, Faltaba más!!

Pues así, paso a pasito y ya sin mucha urgencia pues ya no había nada que salvar en su pueblo, mucho menos en sus tierras, se vino un día a buscar la suerte en la capital. No tardó mucho en topársela de frente, ya que cuando se bajó del autobús, allá por los cien metros, un chamaco –navaja en mano- asaltaba a un hombrecillo muy catrín, de ésos como de película de Pedro Infante y, sin pensarlo mucho, le acomodó al chamaco tremendo patadón en el trasero que hasta la navaja soltó y no le quedó más que salir corriendo al mirar espantado el enorme tamaño de aquel paisano encanijado.

-Está Usted bien, lo lastimó? Preguntó Jesús al hombrecillo aquel, que bien mirado no parecía gran cosa.
_Por suerte no me lastimó pero sí alcanzó a arrebatarme el reloj, pero eso es lo de menos! Si no hubiera sido por su ayuda… no sé que hubiera pasado ¿se imagina? Mi esposa, mis hijas, mi madre enferma…no quiero ni pensarlo!!
-Bueno, bueno, no es para llorar amigo, como usted dijo: que bueno que no lo lastimó! Y ahora si me disculpa, tengo que buscar donde pasar la noche, compermiso- dijo Jesús al tiempo que guardaba la navaja del chamaco en la bolsa trasera del pantalón.

-Espere- dijo el hombrecillo- Usted me salvó y ni siquiera sé su nombre…

-Me llamo Jesús, Jesús Ramírez pa’ servir a Usted y a Dios.

-Pero escuché que dijo que va a buscar donde pasar la noche? ¿Porqué no viene a mi casa? Verá ahí tengo un cuarto que ofrecerle y…

-No mi amigo, si no le estoy cobrando el favor ¿Cómo cree?

-Al menos por esta noche, insistió, y ya mañana podrá seguir su camino, por favor… acepte!

Después de pensarlo un poco al fin, aceptó; Aquella noche durmió como muy pocas veces lo había hecho en la vida: ¡En el suelo! Pues ¿como un hombre del campo iba a ensuciar aquella cama tan blanca que se le había ofrecido? ¿Qué irían a pensar de él? Digo, está bien que se había bañado en el río antes de venirse a la ciudad, pero de todas formas…

A la mañana siguiente, a la hora del desayuno, el hombrecillo aquél, que hasta ese momento supo se llamaba Juan de Dios Cervantes o simplemente Licenciado Cervantes, le dijo:

-Anoche estuve pensando y comentando con mi esposa, Don Jesús ¿Cómo podría agradecerle lo que hizo por mí? Y como a leguas se vé que es usted muy derecho ni modo que lo ofenda ofreciéndole dinero; así que ¿porqué no se queda a trabajar conmigo? Verá, yo soy socio accionista del Banco Central y pues no será problema encontrarle alguna ocupación, así que ¿Cómo la ve?

¿Un trabajo? y ¿en un banco? no podía creerlo y él ¿qué haría en un banco?, lo pensó apenas lo que tarda un trago de café en llegar al estómago y decidido, aceptó con una condición: que lo colocaran donde ningún riquillo de su pueblo pudiera verlo.

-No se hable más, a partir de mañana comienza Usted a trabajar cuidando el banco por las noches ¿sabe manejar un arma?

-Por supuesto, contestó, allá en el pueblo me iba al monte con una escopetita o a veces con un rifle .22, también tuve un revólver, el mismo que vendí para conseguir el dinero que me trajo hasta aquí…

Y así como así, como se encuentra un hambriento un billete tirado, así se encontró la suerte, allá por los cien metros Don Jesús, el único velador que tuvo el Banco Central en treinta años!!

Sin embargo la vida, pues como que a veces se empeña en contradecir lo que creemos saber, y dígame usted si no:

Aquella noche, como lo hacía desde hacía treinta años, Don Jesús se recostó en su viejo sillón, el mismo que invariablemente colocaba de frente a la puerta de cristal del Banco Central, entrecerró un poco los ojos que, como nunca, le pesaban esa noche y sin darse cuenta se fue quedando dormido.

Aquella noche Don Jesús a pesar de tener las orejas “bien pelonas”, no pudo escuchar las pisadas que lentamente se le acercaron por detrás de su cansado cuerpo.

Tampoco pudo escuchar el sonido que en el aire produjo la guadaña que una vieja y huesuda amiga le trajo, paso a pasito, desde su natal Celaya y que, ésta noche por fin lo alcanzaba!

Pues bien después de pelearme un rato con la tecnología por fin logre crear un "blog" en el cual iré colocando paulatinamente diversos textos y opiniones que he escrito a lo largo de varios años.

Sin más que agregar esperen noticias de su amigo de siempre




Alfredo "Freddy" Reyes