martes, 10 de julio de 2007

1968...Salú!

Hay recuerdos con los que uno nomás no se acostumbra a vivir, le cuento esto a usté, por la simple y llana razón de que no lo conozco ni usté a mí, así que estamos parejos no?

Le contaba mi señor que llevamos en la cabeza recuerdos de todo tipo, los que nos hacen reír, los que nos hacen llorar y los que por alguna razón se nos han escondido por ahí en un cajoncito polvoso que a veces nos negamos a abrir. Yo en lo particular guardo uno que aún hoy, no he podido clasificar ni sé en que cajón meterlo y le voy a decir porqué, pero antes de que continúe ¿que le parece que le sirvan otro tequilita? ¿que sea doble? pero eso sí, nomás no se me adelante pá' que nos sigamos entendiendo, vale?...Salú!

Imagínese por un momento a un niño, un niño normal como lo es uno de seis años, hijo de una familia modesta, que vive en una casita modesta, en fin; un niño como tantos otros que hay en la ciudad, ¿ya se lo imaginó? Pues bien, éste niño duerme junto a su hermano, seis años mayor que él en la misma cama, estamos en Octubre de 1968 y por todas partes se escuchan noticias raras e incomprensibles para un niño de esa edad: que si los estudiantes, que si las Olimpiadas, que si el Ejército, que si el Presidente, que si los asesinos, que qué sé yo! Le decía: es una noche como cualquiera otra de no ser por los ruidos que se escuchan en el patio de ésta casita modesta.

El escándalo es tal que despierta a los niños, la madre de ellos con un embarazo bastante avanzado, traspone la cortina que sirve de división al comedor y abraza a sus hijos, -No salgan, quédense quietos, les ordena- , afuera se escuchan carreras, gritos, golpes y después un ruido fuerte, sordo, como los cuetes que le echan al Niñopa y luego....nada, silencio absoluto!

Por un costado de la cortina, temerosos y curiosos, los niños espían, pueden ver a su madre con cara de susto y al padre de ésa familia temblando de coraje, mientras el hermano mayor entra con los puños ensangrentados, los tres hablan en voz baja, muy quedito para que los niños no escuchen nada de lo que pasó.

Al poco tiempo los niños vuelven a dormir, hasta que un rato después se vuelven a escuchar ruidos, pero ésta vez en la puerta de la casa, golpes de puño que pretenden tirar la puerta, se oyen voces en la sala, el hijo menor se asoma nuevamente y ve a varios hombres vestidos de gabardina y sombrero, uno de ellos inclusive coloca una ametralladora negra y grande sobre la mesa del comedor, otro, con la punta de su pistola, abre la cortina y sorprende a los niños arrinconados en su cama, espantados y casi a punto de llorar, el tipo aquel la cierra ignorándolos.

Al volverse a asomar, los niños pueden ver que su padre ya no está, se lo han llevado y junto con él la seguridad y estabilidad de la familia completa!

Ahora le pregunto yo a usté mi amigo: ¿Cómo va un niño de seis años a imaginarse siquiera lo que había pasado?, ¿no verdad?, no es fácil...Salú!

Pasado el tiempo, éste niño comenzó a acompañar a su madre , iban a "la visita", llevaban comida en una bolsa grande, de ésas del mandado, ése fué su primer contacto con una prisión, y habría que ver la cara de espanto de éste niño al mirar como revisaban a su madre, cómo revisaban la comida, a él mismo e incluso a la recién nacida que iba envuelta en un rebozo, desde luego que no fué fácil para el niño, como tampoco es fácil, aún hoy, pasar frente al quicio de la puerta en donde se fué a morir uno de los "enamorados" que aquella noche se atrevió a llevarle serenata a mi hermana mayor, aún a pesar de saber que ya estaba casada!

Pobre tipejo, jamás se imaginó que los besos que buscaba, mi padre habría de dárselos envueltos en plomo, y ahora yo le pregunto a usté: ¿en donde guardaría un recuerdo así? Yo sigo conservando en un cajón, el recorte amarillento del periódico que habla de lo acontecido aquella noche, pero bueno ¿que le va a importar a usté, que ya está más dormido que una piedra? ¿Lo vé? le dije que no se me adelantara tanto, ni hablar mi amigo.....Salú!

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