Nos preparabas para tu partida
para ser hombres sin tu presencia
para saber sobrellevar la vida
a pesar de tu ausencia!
Aún recuerdo como nos llenaba
de miedo escuchar de tus labios
tu multicitada muerte!
Y así sucesivamente,
una vez tras otra
cada dolor intenso o leve
cada resfriado, cada acceso
de tos, cada vez, una vez y otra vez
y así durante décadas
décadas que se hicieron siglos
en mi mente y kilos en
mi cuerpo!
Terminaste por convencernos a todos
por aclararnos a todos, que hombres
como tú, son de una casta divina
creada por los Dioses en el
principio del tiempo para
hacernos entender nuestra fugacidad!
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