miércoles, 17 de febrero de 2016















Foto: Alfredo "Freddy" Reyes



Del lugar de donde vengo, los niños aprenden a volar cuando recién cumplen los seis años, algunos padres preocupados los inscriben a escuelas privadas y cursos de verano que no siempre entregan los mejores resultados.
En mi caso particular, la enseñanza la obtuve de parte de Doña Lala, señora de incalculable edad que por las tardes vendía dulces al pie de un viejo ahuehuete, ella con su voz rasposa y triste nos decía que no basta con saber volar ni aletear, si es que no tienes un rumbo y una motivación para hacerlo.
Una tarde gris, Doña Lala no volvió a su ahuehuete, nosotros tuvimos que emprender el vuelo y así poco a poco, mi pueblo se quedó vacío…



27 Nov 2015

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