imagen: http://www.gorditosybonitos.com/buscando-huellas/

Cuando niños, acostumbrábamos hacer travesuras sin imaginarnos las consecuencias de éstas. En un pueblo en busca de la modernidad era común encontrar obras públicas en casi cualquier calle, por todos lados abrían zanjas para el drenaje o la red de agua así como se construían banquetas nuevas y modernas.
En grupo, salíamos por las tardes, cuando los trabajadores ya se habían marchado, a buscar banquetas frescas que pisar, temerosos del castigo que los muchachos de la palomilla le propinarían al que se rajara, en un fabuloso salto triple brincábamos lo más lejos posible para estampar nuestra huella en el cemento fresco, nuevo y recién aplanado, algunos perdían un zapato en tal hazaña, a otros se les caía el trompo o las tómbolas que se hundían para siempre, yo sólo perdí un pedazo de alma en una de esas banquetas nuevas, la distancia en el tiempo me hacen imposible recordar en cual.
Es por eso que desde entonces, camino con un pie arriba de la acera y el otro por el arroyo vehicular, no vaya a ser que en una de esas me encuentre el pedazo de alma que me falta y me daría mucha tristeza verla toda pisoteada...

04 Dic 2015